En marzo de 1922, inició un ayuno en el Monte Kurama (monte sagrado de Japón) con el fin de alcanzar la iluminación mediante prácticas espirituales y a la media noche del día 21 de su ayuno, le sobrevino su iluminación: conmocionado, sintió el flujo de la Energía Universal vibrando al unísono con su propia energía vital (alcanzó la comunión con el Universo y su energía) (estado de Satori) que tanto había anhelado, lo que le hizo integrar en su Ser esa paz que ya nada le podría perturbar.

 

Junto con la iluminación, obtuvo el DON DE SANAR. Usui empleó este don sobre sí mismo y después con sus familiares, descubriendo que los efectos se manifestaban rápidamente.

 

Durante los meses siguientes, Mikao Usui sentó los fundamentos del método mediante el cual podía sanar, denominándolo Usui Reiki Ryoho y se entregó a la tarea de difundir su enseñanza a tantas personas como le fuera posible, pues entendió que el Reiki era un regalo del Universo para compartir con toda la humanidad.

 

Con este fin, fundó el 11 de abril de 1922 la Usui Reiki Ryoho Gakkai, una Asociación para la enseñanza y la práctica del método de curación Reiki al mismo tiempo que ofrecía sus tratamientos a cuantos lo necesitaran. Su labor benefició a un número incontable de personas, que aumentó con su colaboración en las labores de auxilio a los damnificados del gran terremoto que devastó el área metropolitana de Tokio en 1923.

 

Pronto, la clínica de Usui Sensei se quedó pequeña para la gran afluencia de personas que buscaban su tratamiento y enseñanzas. Comenzó a viajar por las principales ciudades de Japón para enseñar su método y en uno de estos viajes murió en un hospedaje de Fukuyama, en la noche del 11 de marzo de 1926, a la edad de 62 años.

 

Usui Sensei llegó a tener 2 mil discípulos, quienes continuaron con la labor de enseñar y sanar mediante Reiki.